¿Alguna vez te has puesto a pensar la relación que guarda tu intestino con tu práctica de Ashtanga Vinyasa Yoga?
Pues bien, para ponértelo en términos prácticos es una relación simbiótica, en donde la práctica nos ayuda a mejorar nuestra salud intestinal y digestiva, mientras que el tener una salud intestinal, influye de manera positiva en nuestra práctica, sintiéndonos más ligeros, con la mente más calma, con mayor concentración, fuerza y energía entre otros beneficios que iremos revelando.
La practica de Ashtanga Vinyasa Yoga tradicionalmente se debe hacer por las mañanas antes de que salga el sol, con el estómago vacío y tras haber evacuado. No es una novedad para aquellos que practican por la noche, que de pronto la practica se vuelve pesada, esos días en los que nuestras elecciones en la alimentación, el estrés del día, el no hidratarnos lo suficiente, nos hacen sentir como costales de papa practicando. Todos en algún momento lo hemos experimentado y comenzado a optar por hacer cambios de hábitos alimenticios, además de priorizar nuestros horarios de sueño, de tal forma que podamos levantarnos temprano a practicar.
Un sistema digestivo sano es fundamental para llevar una vida sana y equilibrada, eso lo sabemos todos. También sabemos que recientes estudios, han encontrado que los intestinos forman parte de esta triada maestra que nos guían en la toma de decisiones junto con el corazón y el cerebro. Y esta inteligencia se encuentra en la microbiota intestinal, en donde habitan trillones de microorganismos como levaduras, virus y bacterias y en donde suceden muchos de los procesos del cuerpo.
Pero, ¿qué tanto sabemos de la influencia que tiene el intestino en las diferentes funciones de nuestro organismo?.
Un intestino desnutrido y desequilibrado puede contribuir a una serie de condiciones de salud, como por ejemplo: una mala absorción de nutrientes, trastornos en el estado de ánimo (ansiedad y depresión), fatiga, dolores de cabeza, alergias, condiciones autoinmunes, como el Síndrome del intestino irritable, migrañas, sobre peso, desequilibrios hormonales, dolores articulares, inflamación, estreñimiento, entre muchos otros.
Por otro lado, el intestino es pieza fundamental para la regulación de nuestra respuesta al estrés, involucrándose en la regulación hormonal y en la producción de neurotransmisores. La microbioma es sumamente sensible y puede desequilibrarse cuando se producen las hormonas del estrés, provocando un desequilibrio en la comunidad de microorganismos que nos habitan, comprometiendo nuestro sistema inmunológico. En este sentido, la respiración Ujjai, profunda, sonora, o la misma respiración yóguica que utilizamos en la meditación, nos ayuda conscientemente a activar nuestro sistema nervioso parasimpático, el cual reduce la sensación de estrés, permitiéndole a los órganos del cuerpo, a nuestros músculos y a nuestra mente relajarse y por ende restaurarse, regenerarse y recuperar el equilibrio.
La digestión, el estado de ánimo y la función inmunológica se encuentran entre los que están influenciados por lo que sucede en estos procesos del microbiota intestinal. También se ha relacionado lo que ocurre en el intestino con la influencia en enfermedades como el cáncer, enfermedades de la piel y trastornos endócrinos.
Al practicar Ashtanga Vinyasa Yoga, siguiendo los fundamentos de la practica tradicional, es decir 6 veces a la semana, tiene una correlación positiva con niveles más altos de diversidad de microbiotas, así como de cepas bacterianas saludables dentro del intestino. Por otro lado, la combinación de la respiración Ujjai, el uso de bhandas, de la vinyasa, provoca que encendamos el «agni» del cuerpo, el fuego digestivo, lo cual nos ayuda a facilitar la digestión, a liberar y limpiar toxinas dentro del cuerpo.
El objetivo principal de la primera serie «Yoga Chikitsa» la cual significa Yoga terapéutica, es sanar al cuerpo. La serie de posturas está diseñada para tonificar y desintoxicar todo el cuerpo, al mismo tiempo que nos ayuda a elevar nuestro sistema inmunológico. Esta serie actúa en los diferentes koshas, es decir capas energéticas del cuerpo.
En la parte física, las posturas ofrecen al cuerpo, flexibilidad, fuerza, coordinación, equilibrio, resistencia. En el plano mental, a través de la respiración, las bhandas y el enfoque (drishti) se trabaja la fuerza de voluntad, la concentración, la claridad mental, la atención plena al momento presente, la confianza a medida que vamos superando obstáculos, no solo mentales o físicos, sino también energéticos, ya que en un nivel muy sutil, comparado con lo que se trabaja en la segunda serie, la primera nos ayuda a ir desbloqueando esos canales o nadis, para que nuestra energía vital fluya con mayor armonía interiormente y por ende esto salga a flote en el exterior.
Una de las señales que nos indican cuando nuestros alumnos han dado un salto cuántico en su practica es cuando comienzan a notar la influencia que tienen sus demás hábitos en su practica. Comienzan a escuchar a su cuerpo, tomando decisiones más saludables, como cambiando su dieta, sus horarios de sueño, priorizando su paz y comenzando a preguntarnos por sutiliezas de la practica que van más allá de la alineación de la postura.
En breve les compartiremos algunos tips para comenzar a cuidar y hacernos más conscientes de la salud de nuestros intestino, manténganse sintonizados.
Si les gustó y creen que esto le puede servir a alguien más, siéntanse en total libertad de compartirlo.
Namaste!